lunes, 25 de enero de 2010

EL BAPTISTERIO


El impresionante Battistero di San Giovanni de estilo románico-pisano se encuentra al oeste del Duomo (Catedral), en el mismo eje del anterior.

Lo diseñó casi por entero el Maestro Diotisalvi, un prestigioso arquitecto toscano de la época, quien empezó a construirlo en 1152 – unos cien años después del Duomo- tal y como consta en las inscripciones  que hay en los pilares situados junto a la puerta de entrada.


Diotisalvi concibió un edificio religioso de enormes proporciones en mármol blanco y de planta circular en conmemoración a la “Rotonda de la Anástasis”, el grandioso mausoleo situado sobre el Santo Sepulcro de Jerusalén.


El arquitecto dirigió las obras del Baptisterio desde 1152 hasta 1180, aprox., hasta que la parte superior de los arcos del primer nivel de la fachada se terminaron de construir y hasta que las columnas y  los pilares interiores estuvieron acabados.


En 1260 el célebre escultor italiano Nicola Pisano (activo en Toscana entre 1258 y 1278) dio continuidad a las obras del Baptisterio, que habían quedado interrumpidas durante décadas, aumentando la altura del Baptisterio mediante el posicionamiento de dos cúpulas. La superior y más pequeña de ellas es de forma cónica con la cima recortada y está situada sobre la principal en forma de hemisferio. A Nicola Pisano le sucedió su hijo Giovanni (Pisa -1250 ca. – Pisa 1316). 


Las obras prosiguieron sin interrupción alguna durante unos dos siglos, por lo que se observan elementos procedentes de dos estilos distintos, fundamentalmente. Los arcos ciegos que están situados en la parte baja de la fachada son de estilo románico-pisano, mientras que las pequeñas galerías superiores son de estilo gótico.

El Baptisterio de San Giovanni de Pisa, cuya construcción y ornamentación interior se terminó en el siglo XIV, está considerado como el mayor de su estilo en el mundo de la Cristiandad. Tiene más de 107 metros de circunferencia y la cúpula mide 75 metros de altura.


El interior del Baptisterio tiene una longitud de 55 metros y un diámetro de 35,5 metros.
Sus enormes dimensiones resultan más evidentes desde el interior que desde el exterior, a causa de la visión directa y completa de las proporciones. La grandiosidad de la inmensa planta está delicadamente iluminada por cuantiosas y bellísimas vidrieras románicas y góticas dispuestas alrededor de los muros del edificio circular. 



La magnífica cúpula se sustenta sobre ocho columnas y cuatro pilares con espléndidos capiteles tallados, lo que produce un efecto de luminosidad y de solemnidad sorprendentes.

En el centro de la planta se encuentra la elegante pila bautismal octogonal de mármol blanco, obra del insigne escultor gótico lombardo Guido Bigarelli da Como (activo entre 1238 c. y 1257). Las ocho caras de las que consta la pila están soberbiamente ornamentadas con rosetones centrales y dibujos geométricos de mármol. En el centro de la pila  se alza la hermosa escultura de bronce que representa a San Juan Bautista, realizada en 1929 por el renombrado escultor italiano Italo Griselli (1880-1950).


Junto a la pila está situado el sobresaliente e innovador púlpito de mármol blanco de  Nicola Pisano, quien empezó a realizar la obra en 1260.


El gran púlpito se sustenta sobre una columna central instalada en un pedestal con imágenes grotescas y representaciones de animales, basadas en imágenes de antiguas religiones paganas, y seis columnas externas. De éstas, tres de ellas reposan sobre lomos de leones que están decorados con diseños románicos que representan el triunfo del Cristianismo.


Las columnas están rematadas con capiteles góticos espléndidamente tallados.
Los arcos que conforman el púlpito cuentan con valiosos paneles labrados con las imágenes de los profetas, los evangelistas, San Juan Bautista y las virtudes. Además, Nicola Pisano talló una larga serie de escenas, sublimemente expresadas, que describen la vida de Nuestro Señor Jesucristo, comenzando por la Anunciación de la Virgen y terminando por la Pasión de Jesús y el Juicio Final.   




A finales del duocento, Nicola Pisano y su talentoso hijo Giovanni comenzaron un nuevo lenguaje escultórico de mayor naturalismo para alejarse poco a poco de la rigidez gótica y bizantina que regía las representaciones desde hacía siglos. Ellos experimentaron nuevos medios de representación, estableciendo novedosos cánones de narración dramática y acrecentando el caudal expresivo de la escultura.

Púlpito del baptisterio di San Giovanni en Pisa fue realizado por Nicola Pisano en 1259, marcando el comienzo de un cambio importante en el lenguaje de la representación artística en la Toscana. A diferencia del modelo tradicional del púlpito adosado a la pared, Nicola trabajó un cuerpo arquitectónico independiente de planta hexagonal y sostenido por 7 columnas. Algunas de éstas están asentadas sobre leones, mientras que la columna central descansa sobre un plinto esculpido de figuras de animales y gnomos. Los arcos de medio punto trilobulados muestran la aún vigente influencia bizantina, así como el denominado “horror vacui” medieval, que consistía en no dejar espacios vacíos.

El Púlpito del baptisterio de Pisa está ornamentado con losas de mármol esculpidas con relieves narrativos que representan la Anunciación y la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos, la Presentación en el Templo, la Crucifixión y el Juicio Final; mientras que en los capiteles aparecen intercaladas personificaciones de las Virtudes.


En esta obra, Nicola optó por representar la Natividad con la figura reclinada de la Virgen dominando toda la escena, seguida por la repetición inmediata de la cabeza y la figura de la Virgen de la Anunciación, que crea un poderoso foco de atención en el centro. La firme solidez de las figuras rivaliza con una viva preocupación por las cualidades decorativas: la articulación y la solidez de los cuerpos quedan ocultos bajo los ropajes con nítido modelado de los pliegues que cuelgan. Las personificaciones de las Virtudes muestran una mezcla de figuras de estilo francés y de diseños clásicos, como el contraposto de la figura de la Fortaleza.

En la escena de la Crucifixión nos topamos con un aumento de la gestualidad, el dramatismo y el peso de los cuerpos que genera realismo e induce a una sensación de profundidad. El trabajo de Nicola Pisano es reconocido con gran admiración, pues en todas las escenas existe una claridad similar en la estructura compositiva y en la disposición de las figuras, con el diseño de poses y atuendos repetido una y otra vez. Además, cada relieve se distingue de las molduras de los marcos y, a su vez, éstos se separan entre sí por medio de columnas lisas.

El Púlpito del baptisterio de Pisa fue la primera obra documentada de Nicola Pisano y fijó un nuevo modelo de púlpito que luego continuó su hijo Giovanni en Pistoia; el punto de partida de un estilo que  anticipaba las ansias del Renacimiento italiano.

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